domingo, 13 de febrero de 2011

“Primero sois animales, después sois seres humanos y, por último, periodistas”

El 80% de las noticias hablan de desastres, guerras, catástrofes, delincuencia, maltrato y accidentes. “La violencia es un elemento omnipresente del quehacer del periodistal”, remarca el profesor Alejandro Navas, quien junto con el psiquiatra Francisco Orengo y el periodista y terapeuta Mark Brayne, intentaron concienciar a los futuros periodistas de lo que van a encontrarse en su día a día.

“No hace falta ser corresponsal de guerra”, advierte Francisco Orengo, ya que hay otras situaciones adversas donde la violencia o las situaciones espantosas están presentes, como puede ser el atropello de un niño. Precisamente porque el periodista se encuentra en esa tesitura de presenciar hechos dolorosos y traumáticos, procesarlos y explicarlos a la sociedad, el psiquiatra recomienda “la creación de unos recursos psicológicos que os permitan trabajar con lo más duro del ser humano, sin salir traumatizados”.

Del mismo modo, Mark Brayne, corresponsal de la BBC durante 30 años y testimonio de algunos de los duros episodios del siglo XX, -como la Guerra Fría, la caída de Ceausescu durante la revolución de Rumanía o las manifestaciones en la plaza de Tiananmen en Beijing,- asegura que “todo periodista debe ser entrenado para protegerse físicamente, pero sobre todo, emocionalmente”, porque “primero sois animales, después sois seres humanos y, por último, periodistas”.

Cuanto más amenazante es una situación, más intensa es la situación emocional y más probabilidades hay de sentir euforia. Mark Brayne cree que lo realmente difícil es ser periodista y humano a la vez, porque “el reto del periodista es mantener el juicio en todo momento para no posicionarse hacia ningún lado”. En este sentido, opina que “un periodista debe ser fuerte y a la vez flexible como la hierba, porque, si es fuerte y duro como el acero, puede romperse en cualquier momento. En cambio, si es como la hierba, puede doblarse en cualquier dirección y jamás se romperá”.


Si algún día, “os levantáis sudando, sufrís pesadillas, tenéis flashes con experiencias traumáticas, hablad con compañeros y compartid esas vivencias”, aconseja el antiguo corresponsal de la BBC. “No tengáis vergüenza, porque son reacciones normales que os harán más fuertes”. Francisco Orengo, el psiquiatra, recomienda lo mismo: “ventilar las emociones con terapias grupales”, para evitar que las malas experiencias queden escondidas dentro de las personas y que, un día, aparezcan todas a la vez.

“Lo más importante que tenéis sois vosotros mismos”, dice Mark Brayne, quien dejó la profesión periodística para ser terapeuta, pero, al igual que los periodistas, “escucho las historias pero no tengo que publicarlas”. “Los seres humanos necesitamos darle sentido a nuestra vida y yo trato de ayudar a las personas a encontrarlo,” añade.

Es a través de los sentidos el modo en cómo se encuentran las noticias, ya que “debes estar conectado e implicado con las historias para lograr entender lo que está pasando y ser un buen periodista”.

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